Como no sabía muy bien cómo celebrar mi cumple, me he decidido por contaros una fantasía
sexual que tuve compartida con un amigo, uno de los mejores escritores eróticos
que he encontrado en mucho tiempo y jovencito, de los que a mi me gustan.
Ya
estoy en casa
Dices desde el marco de la
puerta mientras me destapas, me quitas las bragas y te tiras sobre mi en la
cama.
Mientras
te beso todo el cuerpo, te voy quitando la ropa. Me quedo completamente
desnudo, a tu lado, rozando tu cuerpo con el mío.
Me subo sobre ti rozando la
punta de tu polla con el piercing de mi clítoris. Te muerdo el cuello, las
dilataciones, empiezo a besarte, te muerdo los pezones, sigo bajando con
pequeños mordiscos de placer. Bajo lentamente hacia tu polla para chupártela.
Te
agarro del pelo para poder ver cómo me la chupas. Cómo te la metes entera en la
boca, cómo deslizas tu lengua por mi polla, cómo me muerdes la punta. No
aguanto más y necesito metertela.
No te dejo y utilizo la parte posterior de mi
lengua para seguir chupándote la punta.
Necesito
que sientas mi polla dentro. Muy dura, te obligo a que me dejes, te agarro
fuerte y no te dejo moverte. Lo próximo que notas es mi polla entrando por tu
coño, tu coño húmedo, empapado. Rozando tus labios y haciendo que sueltes un
gemido. Estoy abajo y te agarro fuerte del culo, te azoto, lavo mis uñas en tus
nalgas. Te follo muy duro, te vas a correr por primera vez. Te agarro del
cuello y te miro fijamente a los ojos mientras te grito: CORRETE. Y no paro de
follarte mientras.
Estás empapado de mi y sigues follandome
mientras me corro.
Y me
encanta, joder, te doy la vuelta, me quito el condón y te la meto en la boca.
Ahora quiero correrme yo.
Vuelvo a chupártela, lentamente, según voy
llegando al fondo, te miro a los ojos, me encanta tu cara de placer. Te corres
en mi boca sin que pare de chupártela. Me levantas con intención de volver a
follarme.
Te
levanto y te empiezo a besar el cuello, los pechos, te muerdo los peones y te
la meto, meto mi polla dentro de ti. Empiezo muy suave, para que la notes bien
dura. Sueave pero muy dentro.
Vuelvo a correrme cuando aumentas el ritmo y
lo hago gimiendo a tu oído. Mientras me sigues follando, sin sacar tu polla de
mi interior, cambiamos de postura. Estás sentado, con mis tobillos en tus
hombros y salto sobre tu polla. Sientes como mi coño devora tu polla y cada vez
cierro más las pernas a punto de volver a correrme.
Ahora
eres tú la que te mueves, yo sólo te miro, con una mirada penetrante y lasciva,
en las que sólo me dan ganas de seguir follándote. Quiero ponerte contra la
pared, quiero que te corras de pie y que te tiemblen las piernas. Te levanto y
te empotro, te agarro fuerte por detrás y sin usar las manos, sólo de lo dura
que está mi polla, te la vuelvo a meter.
Engancho mis piernas a tu cintura, y dejo que
me folles, que me folles tan fuerte que quiera más.
Mientras
sigo follándote, te miro a los ojos y te pido que te vuelvas a correr. Me
encanta ver como te corres. Me encanta oír tus gemidos y sentir cómo se te
escapa el aire.
Empiezo a acariciarme el clítoris y enseguida
vuelvo a correrme. Vuelves a estar empapado de mi. Me encanta sentir la humedad
que deja mi coño en ti, como se escurre y cómo sigues follandome después de
correrme, buscando mi siguiente orgasmo. Te beso el cuello mientra cojo aire.
Y yo te
agarro la espalda, te araño, te clavo mis uñas, sé que te gusta. Te doy la
vuelta y te pongo a cuatro patas, teniendo unas vistas perfectas de cómo mi
polla entra en tu coño. Con mi mano te agarro del pelo y tiro hasta que te
incorporas. Te muerdo el cuello y la oreja y te agarro con mis manos por la
espalda mientras sigo follándote.
Te agarro como puedo intentando hundir tu
polla lo más profundo que puedo.
Quiero fundirla.
Ahora
quiero que nos corramos al mismo tiempo, encuentro el ritmo perfecto. Tus
gemidos van acompasados con los míos. Sigo aumentando el ritmo y empiezo a
notar cómo tu coño se cierra con cada embestida. Los gemidos aumentan y nos
corremos los 2 al mismo tiempo.
Gimo en tu oído. Me escuchas llegar y cómo
suelto la última bocanada de aire que me queda.
No te dejo salir de mi. Empiezo
a moverme lentamente con la erección que te queda. Empiezo a masturbarme sobre
ti, con tu polla dentro.
Y eso
me encanta. Está muy sensible y me da un placer tremendo.
Sientes cómo me toco, cómo me muevo sobre tu
polla dura y sigo gimiendo, mientras te escucho coger aire, jadeante. Acerco tu
mano a mi clítoris, sustituyendo a la mía. Masturbame, -te susurro- Pero no
saques tu polla de mi interior.
Quiero
que ahora te corras tú mientras yo te masturbo. No saco mi polla porque aún
está dura, acaricio el clítoris y los muslos con pequeños pellizcos. Estás tan
húmeda que mis dedos casi se deslizan solos. Los muevo muy suaves, de arriba
abajo, haciendo círculos, sólo con la yema de mis dedos. Aprieto un poco para
que tengas un escalofrío de placer.
Sientes los latidos de mi siguiente orgasmo
en tu polla antes de que llegue. Sabes cómo hacerlo y me lo alargas, te pido
más. Tu polla siente que voy a estallar y te aprovechas. Empujas tu polla hasta
el fondo y me pellizcas el cítoris.
Y te
vuelves a correr otra vez.
Haces que me quede sentada sobre tu polla al
correrme. Me doy media vuelta sin sacar tu polla de mi, acaricio la base
suavemente.Me acerco a tu boca y te pido más. Quiero que sigas follándome, que
me revientes. Me levanto de tu polla, te quito el condón y empiezo a chupártela
de nuevo.
Yo
estoy a punto de correrme, tengo muchas ganas, pero no quiero que sea en tu
boca, quiero correrme en tus tetas.
Dejo que te relajes mientras te la cupo.
Froto tu polla con mis pezones, empiezo a hacerte una paja con ellas y lamo
suavemente la punta.
Joder,
me encanta sentirla entre tus tetas. Me aparto y me empiezo a masturbar
mientras me miran, me tiemblan las piernas y me corro, me corro en tus tetas.
Te sonrío y no paro de mirarte mientras te
acercas y te sientas en el borde de la cama, empiezo a acariciar mis pechos y a
cubrirme entera con tu corrida. Luego me chupo los dedos, uno por uno y aprovecho
que sigues mirándome para acariciar mi clítoris otra vez.
Ahora
sólo quiero mirarte y observar cómo te masturbas tú sola, cómo te acaricias todo tu cuerpo con una mano y el
clítoris con la otra, cómo llegas sola al orgasmo y te arqueas de placer. Cómo
pones los ojos en blanco y te falta el aire al acabar de gemir.
Llego al orgasmo estremecida por tu mirada.
Me siento pegajosa, así que te arrastro conmigo al baño, abro el grifo del agua
caliente. Te empujo contra el baño y empiezo a chupártela de nuevo. Cuando
empieza a recobrar su dureza te empotro contra la pared de la ducha. Uso algo
de jabón y te doy un suave masaje en los hombros.
Sigue,
quiero correrme otra vez.
Mientras el agua cae sobre ti y te relajas y
el jabón se escurre, me agacho otra vez a chupártela. Una de tus manos está
apoyada en la pared mientras dejas que el agua te relaje y con la otra agarras
mi cabeza y ves cómo metes tu polla hasta el fondo en mi garganta. Yo me toco
mientras te la chupo y mis pequeños calambres de placer se notan en la
intensidad que uso al chupártela. Siento que te vas a volver a correr.
Quiero
acabar ya, te agarro la cabeza y me muevo igual que si estuviera follándote. Me
corro de nuevo en tu boca y no la saco, la dejo dentro hasta que te lo tragas
todo, como la primera vez y hasta que tú te vuelves a correr en la ducha otra
vez.
Sigo chupándotela, cada vez con más ganas
según se acerca mi orgasmo. En ese momento vuelvo a tragarme tu polla entera.
Me levanto y te mancho con el jabón, recorro con mis manos cada parte de tu
piel excepto el cuello, para tu cuello prefiero jugar con mi lengua y darte
pequeños mordiscos, tirar suavemente de tus dilataciones. Dejo que el agua te
reponga para que quieras volver a follarme.
Te meto
debajo del agua. Me pongo a tu espalda y te follo por última vez, la más dura
de todas, la que te hace temblar las piernas y tengas que llevarte contra la
pared para no caerte, sueltas los gemidos más intensos de todos.
Cuando nos corremos entre tantas embestidas,
necesitas llevarme a la cama, pero no quiero clemencia.
Te llevo a la cama, pero primero te seco todo
el cuerpo con la toalla y te lo acaricio.
Entre susurros y apenas sin aire te pido más.
Te
llevo a la cama y te tumbo boca arriba, te abro las piernas, todavía estás
húmeda y aprovecho para jugar con la tunta de mi pene sobre tu clítoris, te la
vuelvo a meter otra vez y te follo. Te follo duro, con embestidas fuertes, muy
fuertes, para que la notes muy dentro.
En cuanto me la metes se me abren los ojos y
con cada embestida se me ponen los ojos en blanco y te clavo las uñas. Quiero
que me hagas perder el conocimiento.
Siento
que vas a llegar, lo siento por las contracciones de tu coño y antes de que te
corras paro de golpe, la saco y te hago sufrir unos segundos. Sólo te miro. Te
muerdes el labio y suplicas entre suspiros. Te la meto muy duro y muy fuerte.
Te corres otra vez y pones los ojos en blanco. Me corro al sentir tus espasmos
en mi polla.
Te tumbas a mi lado y mis labios acarician
las gotas de agua que escurren por tu frente, terminas a mi lado, escuchando mi
corazón en mis oídos y tu respiración excitándome de nuevo.