miércoles, 14 de agosto de 2013

RELATO PARA DOS (+18)

Como no sabía muy bien cómo celebrar mi cumple, me he decidido por contaros una fantasía sexual que tuve compartida con un amigo, uno de los mejores escritores eróticos que he encontrado en mucho tiempo y jovencito, de los que a mi me gustan.




Ya estoy en casa

Dices desde el marco de la puerta mientras me destapas, me quitas las bragas y te tiras sobre mi en la cama.

Mientras te beso todo el cuerpo, te voy quitando la ropa. Me quedo completamente desnudo, a tu lado, rozando tu cuerpo con el mío.

Me subo sobre ti rozando la punta de tu polla con el piercing de mi clítoris. Te muerdo el cuello, las dilataciones, empiezo a besarte, te muerdo los pezones, sigo bajando con pequeños mordiscos de placer. Bajo lentamente hacia tu polla para chupártela.

Te agarro del pelo para poder ver cómo me la chupas. Cómo te la metes entera en la boca, cómo deslizas tu lengua por mi polla, cómo me muerdes la punta. No aguanto más y necesito metertela.
No te dejo y utilizo la parte posterior de mi lengua para seguir chupándote la punta.

Necesito que sientas mi polla dentro. Muy dura, te obligo a que me dejes, te agarro fuerte y no te dejo moverte. Lo próximo que notas es mi polla entrando por tu coño, tu coño húmedo, empapado. Rozando tus labios y haciendo que sueltes un gemido. Estoy abajo y te agarro fuerte del culo, te azoto, lavo mis uñas en tus nalgas. Te follo muy duro, te vas a correr por primera vez. Te agarro del cuello y te miro fijamente a los ojos mientras te grito: CORRETE. Y no paro de follarte mientras.
Estás empapado de mi y sigues follandome mientras me corro.

Y me encanta, joder, te doy la vuelta, me quito el condón y te la meto en la boca. Ahora quiero correrme yo.

Vuelvo a chupártela, lentamente, según voy llegando al fondo, te miro a los ojos, me encanta tu cara de placer. Te corres en mi boca sin que pare de chupártela. Me levantas con intención de volver a follarme.

Te levanto y te empiezo a besar el cuello, los pechos, te muerdo los peones y te la meto, meto mi polla dentro de ti. Empiezo muy suave, para que la notes bien dura. Sueave pero muy dentro.

Vuelvo a correrme cuando aumentas el ritmo y lo hago gimiendo a tu oído. Mientras me sigues follando, sin sacar tu polla de mi interior, cambiamos de postura. Estás sentado, con mis tobillos en tus hombros y salto sobre tu polla. Sientes como mi coño devora tu polla y cada vez cierro más las pernas a punto de volver a correrme.

Ahora eres tú la que te mueves, yo sólo te miro, con una mirada penetrante y lasciva, en las que sólo me dan ganas de seguir follándote. Quiero ponerte contra la pared, quiero que te corras de pie y que te tiemblen las piernas. Te levanto y te empotro, te agarro fuerte por detrás y sin usar las manos, sólo de lo dura que está mi polla, te la vuelvo a meter.

Engancho mis piernas a tu cintura, y dejo que me folles, que me folles tan fuerte que quiera más.

Mientras sigo follándote, te miro a los ojos y te pido que te vuelvas a correr. Me encanta ver como te corres. Me encanta oír tus gemidos y sentir cómo se te escapa el aire.

Empiezo a acariciarme el clítoris y enseguida vuelvo a correrme. Vuelves a estar empapado de mi. Me encanta sentir la humedad que deja mi coño en ti, como se escurre y cómo sigues follandome después de correrme, buscando mi siguiente orgasmo. Te beso el cuello mientra cojo aire.

Y yo te agarro la espalda, te araño, te clavo mis uñas, sé que te gusta. Te doy la vuelta y te pongo a cuatro patas, teniendo unas vistas perfectas de cómo mi polla entra en tu coño. Con mi mano te agarro del pelo y tiro hasta que te incorporas. Te muerdo el cuello y la oreja y te agarro con mis manos por la espalda mientras sigo follándote.

Te agarro como puedo intentando hundir tu polla lo más profundo que puedo.
Quiero fundirla.

Ahora quiero que nos corramos al mismo tiempo, encuentro el ritmo perfecto. Tus gemidos van acompasados con los míos. Sigo aumentando el ritmo y empiezo a notar cómo tu coño se cierra con cada embestida. Los gemidos aumentan y nos corremos los 2 al mismo tiempo.
Gimo en tu oído. Me escuchas llegar y cómo suelto la última bocanada de aire que me queda. 

No te dejo salir de mi. Empiezo a moverme lentamente con la erección que te queda. Empiezo a masturbarme sobre ti, con tu polla dentro.

Y eso me encanta. Está muy sensible y me da un placer tremendo.

Sientes cómo me toco, cómo me muevo sobre tu polla dura y sigo gimiendo, mientras te escucho coger aire, jadeante. Acerco tu mano a mi clítoris, sustituyendo a la mía. Masturbame, -te susurro- Pero no saques tu polla de mi interior.

Quiero que ahora te corras tú mientras yo te masturbo. No saco mi polla porque aún está dura, acaricio el clítoris y los muslos con pequeños pellizcos. Estás tan húmeda que mis dedos casi se deslizan solos. Los muevo muy suaves, de arriba abajo, haciendo círculos, sólo con la yema de mis dedos. Aprieto un poco para que tengas un escalofrío de placer.

Sientes los latidos de mi siguiente orgasmo en tu polla antes de que llegue. Sabes cómo hacerlo y me lo alargas, te pido más. Tu polla siente que voy a estallar y te aprovechas. Empujas tu polla hasta el fondo y me pellizcas el cítoris.
Y te vuelves a correr otra vez.

Haces que me quede sentada sobre tu polla al correrme. Me doy media vuelta sin sacar tu polla de mi, acaricio la base suavemente.Me acerco a tu boca y te pido más. Quiero que sigas follándome, que me revientes. Me levanto de tu polla, te quito el condón y empiezo a chupártela de nuevo.

Yo estoy a punto de correrme, tengo muchas ganas, pero no quiero que sea en tu boca, quiero correrme en tus tetas.

Dejo que te relajes mientras te la cupo. 
Froto tu polla con mis pezones, empiezo a hacerte una paja con ellas y lamo suavemente la punta.

Joder, me encanta sentirla entre tus tetas. Me aparto y me empiezo a masturbar mientras me miran, me tiemblan las piernas y me corro, me corro en tus tetas.

Te sonrío y no paro de mirarte mientras te acercas y te sientas en el borde de la cama, empiezo a acariciar mis pechos y a cubrirme entera con tu corrida. Luego me chupo los dedos, uno por uno y aprovecho que sigues mirándome para acariciar mi clítoris otra vez.
Ahora sólo quiero mirarte y observar cómo te masturbas tú sola, cómo  te acaricias todo tu cuerpo con una mano y el clítoris con la otra, cómo llegas sola al orgasmo y te arqueas de placer. Cómo pones los ojos en blanco y te falta el aire al acabar de gemir.
Llego al orgasmo estremecida por tu mirada. Me siento pegajosa, así que te arrastro conmigo al baño, abro el grifo del agua caliente. Te empujo contra el baño y empiezo a chupártela de nuevo. Cuando empieza a recobrar su dureza te empotro contra la pared de la ducha. Uso algo de jabón y te doy un suave masaje en los hombros.

Sigue, quiero correrme otra vez.

Mientras el agua cae sobre ti y te relajas y el jabón se escurre, me agacho otra vez a chupártela. Una de tus manos está apoyada en la pared mientras dejas que el agua te relaje y con la otra agarras mi cabeza y ves cómo metes tu polla hasta el fondo en mi garganta. Yo me toco mientras te la chupo y mis pequeños calambres de placer se notan en la intensidad que uso al chupártela. Siento que te vas a volver a correr.

Quiero acabar ya, te agarro la cabeza y me muevo igual que si estuviera follándote. Me corro de nuevo en tu boca y no la saco, la dejo dentro hasta que te lo tragas todo, como la primera vez y hasta que tú te vuelves a correr en la ducha otra vez.

Sigo chupándotela, cada vez con más ganas según se acerca mi orgasmo. En ese momento vuelvo a tragarme tu polla entera. Me levanto y te mancho con el jabón, recorro con mis manos cada parte de tu piel excepto el cuello, para tu cuello prefiero jugar con mi lengua y darte pequeños mordiscos, tirar suavemente de tus dilataciones. Dejo que el agua te reponga para que quieras volver a follarme.

Te meto debajo del agua. Me pongo a tu espalda y te follo por última vez, la más dura de todas, la que te hace temblar las piernas y tengas que llevarte contra la pared para no caerte, sueltas los gemidos más intensos de todos.

Cuando nos corremos entre tantas embestidas, necesitas llevarme a la cama, pero no quiero clemencia.
Te llevo a la cama, pero primero te seco todo el cuerpo con la toalla y te lo acaricio.

Entre susurros y apenas sin aire te pido más.

Te llevo a la cama y te tumbo boca arriba, te abro las piernas, todavía estás húmeda y aprovecho para jugar con la tunta de mi pene sobre tu clítoris, te la vuelvo a meter otra vez y te follo. Te follo duro, con embestidas fuertes, muy fuertes, para que la notes muy dentro.

En cuanto me la metes se me abren los ojos y con cada embestida se me ponen los ojos en blanco y te clavo las uñas. Quiero que me hagas perder el conocimiento.

Siento que vas a llegar, lo siento por las contracciones de tu coño y antes de que te corras paro de golpe, la saco y te hago sufrir unos segundos. Sólo te miro. Te muerdes el labio y suplicas entre suspiros. Te la meto muy duro y muy fuerte. Te corres otra vez y pones los ojos en blanco. Me corro al sentir tus espasmos en mi polla.


Te tumbas a mi lado y mis labios acarician las gotas de agua que escurren por tu frente, terminas a mi lado, escuchando mi corazón en mis oídos y tu respiración excitándome de nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario