lunes, 27 de mayo de 2013

EL ARTE DE AMARGARNOS LA VIDA

UN LIBRO QUE REVOLUCIONA FORMAS DE VIDA Y QUE A MI ME HA DADO UNA IDEA.


La sociedad nos empuja a un sin fin de amarguras que aceptamos porque si, porque vivimos en ella y no nos queda más cojones que arrimar el hombro.


Nos gusta ser infelices, ¿lo sabíais? Quejarnos es el nova-más. Nos encanta, está en nuestros "genes" y no queremos cambiarlo, eso nos haría ser felices y es algo que no nos podemos permitir.

Siguiendo la línea de este libro que es de lectura amena para quien se lo quiera leer y quiera cambiar su vida, yo no voy a dar soluciones, para eso leeros el libro, yo me voy a unir a la crítica de la infelicidad social. Eso que tanto nos gusta de salir a la calle en manifestaciones, de decir suposiciones que nunca serán temiéndonos lo peor y que luego vivimos con ellas tan contentos, de desear imposibles para seguir siendo infelices... Eso, lo que tanto nos gusta a los españolitos.

Me encontré esta semana con una de estas suposiciones: Una de las personas a las que mas he querido en este mundo, me envió una petición de amistad a Facebook y se me planteó un problema: aceptarlo y amargarme viendo cosas que no quiero o no aceptarlo y ser feliz en la ignorancia. Aún no he tomado la decisión, pero he de decir que la última vez que tomé una decisión así de aceptar a alguien que sabía que me daría más tristezas que alegrías, me sigue arrepintiendo y me he planteado varias veces sacarlo, pero no encuentro el valor y ya no hay ignorancia a la que aferrarme.

Supongo que este caso no es para nada importante y que sobretodo es una gilipollez, pero hay muchos más casos: iniciar relaciones a distancia imposibles donde una de las 2 personas engaña y juega con tus sentimientos, llenar las cajas de recuerdos que volver a ver cuando tienes un bajón después de haber dejado a tu pareja, intentos de suicidio, trabajos donde nos infravaloran, contestaciones a correos que no llegan nunca... Son mil situaciones las que están en nuestras manos y aceptamos que nos amarguen... ¿Por qué?

Os diría mi razón sobre el motivo general, pero sería llamaros gilipollas a la cara y no creo que os haga muchas gracia, ¿verdad? Cada uno tendrá sus razones, la mía básicamente es mi curiosidad, mi gato interior ha muerto tantas veces por culpa de esta curiosidad...

Con esto concluyo, porque últimamente estoy bastante desmotivada e incluso creo que algo ofensiva hoy, no me lo tengáis en cuenta porque me llenan las "dudas infinitas" así que concluyo con supersubmarina. Espero que intentéis amargaros algo menos esta semana, porque recordad:

"Si tiene solución... ¿Por qué te preocupas? Y si no la tiene... ¿Por qué te preocupas?"




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