lunes, 2 de septiembre de 2013

MARCAS

ESTAMOS DESTINADOS A MARCAR Y QUE NOS MARQUEN, A DEJAR CICATRICES Y A COSER LAS PROPIAS.



Las marcas no siempre son permanentes, no todas dejan huellas ni duran demasiado, pero si hacen que durante un periodo de tiempo, mayor o menor, disfrutemos y nos regocijemos de su estancia en nuestra piel.


Las marcas, al igual que los colores, tienen distintas intensidades, unas se quedan sólo unos segundos, son sensaciones y otras son permanentes, intensas y para siempre. ¿Alguna vez habéis recordado una caricia de alguien especial? Si, tipo ghost, eso es una marca, sutil, débil y permanente.

Pero claro, no todas las marcas son tan suaves, hay marcas que no son físicas, sino emocionales, esas marcas que suceden en un hecho, un acto o una palabra. Esas palabras que no se lleva el viento, esas palabras que marcan un antes y un después.

Así que con tan amplio espectro de marcas, hoy he decidido centrarme en las que traen recuerdos agridulces, principalmente porque como he conocido a alguien y estoy medio embobada, pues... me es más fácil hablar de lo bonito del amor.

Empecemos por las profundas, esas marcas que dejan heridas de placer, como por ejemplo mis uñas en tu espalda. Esas heridas que hacen sangrar y te duelen al moverte al día siguiente, pero que ahí quedan, ahí están y cada vez que te duelen, me recuerdas, recuerdas ese momento en el que mis manos recorrían tu espalda, cuando te despierta ese dolor en mitad de la noche y sonríes porque sabes qué lo provoca.

Luego las hay más leves, como los famosos chupetones, cuya marca no dura eternamente, pero te avergüenza y te sonroja a la vez, son ese tipo de marcas que sólo cura el paso del tiempo y luego pasan al olvido. 

Hay marcas, las primeras, las originales, las que nunca olvidamos, las marcas de la 1º vez, el primer beso, el primer error, la primera vez, el primer mordisco, el primer cigarro, la primera cerveza... Ese tipo de primera veces que marcan un inicio y a veces, también un fin, pues después de probarlas, no gustan y no repetimos. Si nos gustan, genial, pero nunca olvidaremos la primera. Esa marca ya no es una marca, es una cicatriz, una marca tatuada en nosotros que nunca podremos olvidar.

Podría seguir describiendo muchos tipos más de marcas, pero creo que con estas por hoy, son suficientes. La semana que viene mucho más queridos drugos, porque hoy quería recordaros esas cosas bonitas que nos han pasado y que nos hacen sonreír al recordarlas... Vale, tiene mucho que ver con sentirme últimamente como una quinceañera que se enamora por primera vez.

Esa persona que he conocido también ha sido una de mis primeras veces y como tal, ha dejado una marca. Así que por qué no recordar esas marcas tan bonitas que hemos vivido en honor a esta persona que me recuerda las marcas que he tenido antes y quiero compartir con él.

Chicos... A vivir la vida y a recordar... Hay que vivir y hay que llorar... y hasta la semana que viene!!


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