martes, 25 de marzo de 2014

CARTAS SIN DIRECCIÓN:


SI TÚ TE VAS Y YO ME VOY... ¿CON QUIÉN SE QUEDA EL PERRO? 


En nuestro caso no hay perro, pero si que hay cosas en común. Queridos drogolectores: esto es una carta de adiós hacia alguien muy especial.

Lo siento cariño, sé que la culpa es mía. Aquí viene mi disculpa, porque quiero que sepas que nada es culpa tuya, simplemente todo ha cambiado y no sé decirte por qué. Te adoro, pero tienes razón, no podemos seguir juntos.

Lo cierto es que te he mentido y tú llevabas razón, aunque lo más ridículo de todo es que me he mentido a mi misma. No puedo aceptar y reconocerte a ti que tengo dudas porque no me lo quiero reconocer a mi misma, la realidad me ha dado de bruces en la cara cuando tú te has dado cuenta antes que yo de lo que hay. 

Lo cierto es que buscar refugio en momentos de dificultad es complicado cuando hay tantos y tantos kms de diferencia. Adoro el modo con el que decías si a todas mis locuras, cariño, no soy normal y por lo tanto no puedo cambiarlo de la noche a la mañana. Me quedaría a vivir en tus abrazos constantes, en el sonido de tu risa, en la forma en la que me miras, pero ya es tarde...

Verte era un premio, era la medalla que le dan a los alcohólicos cuando llevan un año sin beber y entran en el bar, se meten en la barra y sirven copas a diestro y siniestro durante un fin de semana y luego desaparecen. Esos alcohólicos que luego son tutores, esa era nuestra relación: soñar estar detrás de la barra y que algún día fuera permanente. Pero el bar ha cerrado.

Me encantaba cuando te burlabas de mis tonterías y eso me hacía reír a mi también. Adoro tantas cosas de ti. En cambio ahora, cuando intentábamos estar de broma, esas bromas terminaban en discusión, obviamente por mi culpa, porque como he dicho antes, todo ha cambiado y no sé muy bien ni cómo ni por qué. 

Cometí ese error que comete todo el mundo de querer ser quien tú querías que fuera, de sin conocerte, creer que eras el amor de mi vida, de pensar que a la tercera va la vencida y lo nuestro sería para siempre. De pensar que eras mi uno entre un millón, porque eran más mis ganas de encontrarte que las de estar contigo. Pero no has sido tú el único engañado, porque como he dicho antes, yo también me he mentido.

Yo también creí que serías para siempre, que serías mi antes de mi después, lo que siempre había soñado. Sé que me volveré a mentir, me volveré a equivocar, me daré golpes contra la misma piedra.

Lo siento mucho, siento no haber estado a tu altura.

Te Quiero.


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