lunes, 5 de noviembre de 2012

FINALES NO TAN FELICES

¿DÓNDE ESTÁ EL LÍMITE DE LA DECEPCIÓN CUANDO ALGUIEN TE IMPORTA?



Bueno, esta vez os voy a hablar de una amistad que se ha roto. No soy perfecta ni mucho menos y cargo con mi parte de culpa. Ha sido hace nada y creo que esta va a ser la mejor forma de desquitarme esa espinita.

Hace muchos años ya, rondando el lustro, conocí a un chico que a los pocos días de conocernos se convirtió en mi mejor amigo y parte fundamental de mi vida. Comía y vivía  y hacía de todo en mi casa, incluso más de una vez se la dejé para que frungiera mientras yo estaba en casa de mi pareja. 

Por motivos de la vida, él se fue a vivir a su tierra y yo a la mía: Gran Canaria. Estos años apenas nos hemos visto y el contacto se ha ido deteriorando poco a poco. Empezamos por dejar de hablar a diario, por ya no contárnoslo todo, por no ser uno la prioridad del otro. 

-----Un pequeño inciso: yo hasta que lo conocí a él, nunca pensé que era viable una amistad chico-chica sin sexo de por medio. De hecho, ha sido el único AMIGO HETERO con el que no he tenido nada. Los novios de mis amigas NO cuentan como amigos, esos no entran en mi idea de amigos, pues cuando la relación con mis amigas termine, el trato con ellos será un cordial saludo por la calle. Hecho el inciso, vuelvo al tema----


Hace un mes mas o menos, hablamos seriamente y me dijo que me echaba de menos, que vernos esporádicamente no era suficiente y que le gustaría que fuera a verlo, como ya había estado en su casa varias veces antes, la idea no me pareció mala. 

Encontré un billete de 72€ ida y vuelta para irme el jueves 1 a las 6:15 am y volver el domingo 4 a las 8:20 am.

El viaje de ida fue bastante largo, pues como el 1 fue festivo, los horarios de bus de Mendez Álvaro se ven reducidos a los básicos. Llegué a su tierra, Asturias, a las 19 horas casi. Estaba esperándome con una gran sonrisa y un café. - No imaginé mejor recibimiento-. 

Llegamos a su casa, me duché y salimos a cenar y unas copas, pero me dijo que él no tenía puente y que el viernes por la mañana trabajaba. Pronto nos fuimos a la cama. La verdad es que entre la soledad de la casa, el frío y el silencio, me costó pegar ojo. 

A la mañana siguiente, me levanté, desayuné y me puse a jugar a la wii, hice la comida y me fui a la biblioteca que tiene en su casa, que es una gozada, la verdad, tiene libros del s.XI - siempre bromeaba diciendo que me casaría con él sólo por heredar la biblioteca y que sería lo único que le pediría en el divorcio-. Llegó a su casa, comió y dijo que estaba agotado, que antes de salir quería dormir un poco la siesta. Qué feliz yo, ajena a todo lo que se me avecinaba.

Cuando salimos me llevó a mi sitio favorito, en el coche empezó a contarme los planes del poco tiempo q nos quedaba juntos. Llegamos a Santa María del Naranco, aunque llovía tanto que no podíamos bajarnos del coche y la carretera se estaba embarrando, así que decidió aparcar y esperar a que parase un poco de llover.

Hizo la pregunta que desató la ira de sus titanes cuando escuchó mi respuesta. -''¿Porqué fuiste a ver a ese (mi ex) y no viniste a verme a mi?''- No lo intenteis, no hay forma de salir airosa de esa pregunta. Mi ex es un tema espinoso a día de hoy, casi 3 años del fin de la relación.

Empezaron a salir titanes de ira en su voz y reproches y viejas rencillas que creía superadas. Cuanto más gritaba y más se enfurecía, más chiquitita me sentía yo y más ganas de llorar me daban. Apenas podía tragar, mis manos se habían adelantado a mi cabeza y abrí la puerta del coche, pegué un portazo y al caminar un par de pasos me caí de culo. Me levanté y me acerqué a un sobresaliente de la "iglesia".

No fue la caída lo que hizo que empezara a llorar, pero si el desencadenante. Sentía que sus palabras habían sido cuervos acechando entre mi carne muerta aún sensible cuan dibujo de Victoria Francés.

No sé cuantas colillas escupió por la ventana del coche antes de pitarme en señal de que entrara para irnos. No hubo más palabras. Me duché cuando llegamos y cenamos con la tele puesta. No salí de la habitación hasta la mañana siguiente.

En el desayuno apenas me dirigió la palabra. Nos acercamos a Gijón a recoger a una amiga. El día más o menos escapó gracias a esos amigos -que ya no lo serán más- que vinieron a hacer ese asadero a la bodega de mi amigo. Cuando se fueron el se puso a ver el Madrid y yo a hacer la cena y volver a montar la maleta. 

A la 1:30 me dejó en la estación de bus. Su orgullo no le permitió decirme nada y el mío sólo le dio las gracias y le dijo que esperaría que me llamara. Arrancó dejándome allí esperando a la salida del bus de vuelta a Barajas.

Le escribí un bonito mensaje de agradecimiento por todos los años de amistad brindados. No contestó. Volví a escribirle cuando llegué a casa diciéndole que el viaje de vuelta había llegado a su fin.


Ahora me encuentro en una encrucijada... ¿QUÉ DEBO HACER? ¿perdonar como si nada?...  ¿Qué camino he de tomar? ¿Debo poner un punto y final? ¿Merece la pena seguir por un camino que no dará felicidad sólo porque la persona te importa?
¿Qué haces cuando el pasado no te deja ver el futuro? ¿Aceptamos cualquier cosa que venga de alguien que nos importe? ¿Dónde están los límites? ¿Cuánto dolor puede provocarnos alguien?

Y esta vez, termino como empiezo...


¿DÓNDE ESTÁ EL LÍMITE DE LA DECEPCIÓN CUANDO ALGUIEN TE IMPORTA?

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