lunes, 22 de octubre de 2012

SUEÑOS HÚMEDOS (1º parte)

HACE POCOS MINUTOS MIENTRAS BUSCABA INSPIRACIÓN ME HE ACORDADO DE UN TUITERO Y ESTE ES EL RESULTADO: 



Sábado por la mañana, alguien llama al telefonillo, era él, había traído el desayuno y un paquete enorme envuelto en papel regalo. Pensé que era una forma de volver a conectar las cosas entre nosotros, ya que el miedo me había alejado tanto de lo que su presencia me hacía sentir.

Hice café y desayunamos juntos. Estaba impaciente por saber qué había en el regalo, pero aún no me lo había dado. No aguanté más así que pregunté por el paquete y si era para mi. Él me contestó que por qué pensaba eso, me levanté y me senté en sus rodillas poniendo cara de niña buena y mirada de viciosa, dándole un dulce beso en la mejilla contesté: "Porque adoro las sorpresas" . Él dibujó una sonrisa pícara en sus labios y contestó:
"Si Cris, el regalo es sólo para ti, pero sólo te lo daré si me prometes no abrirlo hasta una hora después de que me marche"
Insistí sin éxito para que me lo diera antes de irse, pero como de costumbre con él, no me salí con la mía. A eso de las 3 de la tarde se fue y yo cumplí con lo prometido de esperar los 60 minutos más largos que podía recordar en esos momentos, cuando el segundero marcó el minuto exacto, corrí hacia la habitación. 

Al abrirlo, pude ver que había varios paquetitos numerados y una nota que decía:

"Hola Cris, esta es la primera parte del juego: en esta caja hay varios paquetes, cada uno con un número, abre el primero y hasta que no completes lo que dice la nota de su interior, no abras el siguiente."
Qué original- Pensé - No dejará de sorprenderme.

Nerviosa e intrigada busqué y abrí el paquete número 1, dentro había una botellita de gel de baño para hacer espuma, unas sales de baño relajantes y dos perlas de baño con olor a mora, también había una nota que ponía:
"Preciosa, date un baño relajante de una hora, saldrás oliendo a frutos rojos, pero antes, abre el paquete número 2"

Me encanta pensé, así que me lancé sobre el segundo envoltorio emocionada, este era más pequeño, era un libro con un título bastante sugerente: "Los amores prohibidos" y leí la nota adjunta al libro: "Para que no te aburras en el baño"


En 20 minutos lo tenía todo listo, mi bañera llena de burbujas, sales y un embriagados olor a moras llenaba la habitación. Las burbujas hacían que mi piel se erizase y enseguida me relajé con el agua caliente y empecé a leer el libro que me había regalado, he de confesar que aquellos relatos eróticos me excitaron y algunos me gustaron bastante.

Aún pensaba en los relatos que acababa de leer, me dispuse a abrir el paquete número 3 que contenía una hojilla de afeitar y espuma para pielse sensibles con su correspondiente nota: "Depilate enterita como sabes que me gusta". El jueguecito empezaba a darme morbo, la idea de la prepararme para lo que iba a venir después y pensar en lo que iba a pasar ya me excitaba, él se lo estaba montando genial.

[...] Ya totalmente depilada y envuelta solamente con la toalla, tenía en mis manos el 4º paquetito, aunque esta vez era un sobre que ponía: "Lee el capítulo siete". Me tumbé en la cama con la historia entre mis manos que databa de un chico que hacía disfrutar a su acompañante de una velada increíble vendándole los ojos y atandola de manos y pies a la cama para hacerla disfrutar durante horas con infinidad de truquitos. El capítulo hizo que tomara un par de notas mentales para más tarde.

Al terminarlo estaba trementamente sensible a insinuaciones, deseando con unas ganas locas a que él llegara, pero tocaba abrir el paquete número 5, que me dejó anonadada al ver aquellas bolas chinas fucsias y la nota que con ellas había:

 " Métetelas despacito y dejalas ahí hasta que yo vaya a buscarlas, disfrútalas".

La idea me excitó aún más. ¿Cómo terminaría el juego? Al seguir tumbada en la cama y al estar húmeda por el relato que había leído con anterioridad, no les costó mucho entrar. Me sentía extraña con las bolas chocando en mi interior, pero a medida que mi cuerpo se iba acostumbrando a ellas, la sensación que me producían hacía que la espera me resutara una tortura de lo más placentera, más le valía llegar antes de que las bolas hicieran el trabajo por él.

 Miré dentro de la gran caja y ya sólo quedaba un paquete, el sexto y último que contenía un conjunto de ropa interior negro de encaje con unas finísimas lazadas rojas también caladas de muy buen gusto (sujetador y culot) y la última nota decía:

"Este no es el último regalo de esta noche, ponte el conjunto para mi y a las 9 pasaré sin falta a recogerte"
 Me lo puse y la verdad es que me sentaba muy bien. Sólo faltaban unas horas para que viniera a recogerme, así que abrí mi armario en busca de algo que sorprendiera y diera guerra pero que no resultara exagerado. Opté por unos skinny jeans y una camisa negra calada que dejara ver el borde superior del sujetador que con tanto gusto me había dejado en el paquete número 6 y unos tacones que dieran al skinny un punto de vista muy sugerente al caminar.

A las 9 en punto llamó al telefonillo y bajé a la calle y he de confesaors, que mientras bajaba los escalones con los tacones, las bolas chinas estaban haciendo maravillas en mi interior. 

Cuando llegué abajo estaba con la espalda apoyada en su coche con una sonrisa maliciosa en la cara y sus ojos brillantes deseosos de soltarme una pregunta que le quemaba en los labios. 

"¿Te han gust....

....................................................................................................................................Continuará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario