martes, 9 de agosto de 2016

Rompiendo cosas.

¿En qué momento pasas de querer a una persona a desear que reciba de vuelta todas y cada una de esas cosas que tanto dolor te ha provocado? Si existe el karma, tenemos que sentarnos a hablar, porque tiene una deuda conmigo mayor que el patrimonio de Amancio Ortega.
No os engañéis, desear eso no te hace mala persona, te hace humano. Quien siembra vientos recoge tempestades y algunos no nos damos cuenta de que hemos sido sembrados hasta que la tempestad se apodera de nosotros.
Pero mi pregunta es ¿dónde está el punto de inflexión que no viste, dónde empezaste a dejarte manipular sin darte cuenta y dónde pones los límites finales?
Hay veces en las que tienes que dejar de hacerte daño y dejar de cargar con el peso del mundo, el mundo no es tu responsabilidad y de culpa y pena no se vive, no puedes quedarte cuando lo malo pese sobre lo bueno, es hora de soltar lastre y respirar.
Sé que no soy perfecta, que no hablo las cosas, que prefiero decir las cosas fríamente y después de mucho tiempo, o mejor, no decirlas y actuar en consecuencia, porque en caliente se dicen cosas que nunca tienen vuelta atrás.